Cada cuerpo humano es diferente, a pesar de que en líneas generales
contamos con los mismo músculos y articulaciones, es por ello que me mantengo
alejada de términos como alineación correcta/incorrecta o mala alineación.
Prefiero términos como alineación ideal o alineación óptima.
La alineación ideal es aquella que respeta los límites de nuestro
cuerpo y su diseño; involucra músculos, esqueleto y órganos internos los cuales
se posicionan de una manera particular lo cual nos permite movernos de una
manera segura y óptima. Mantener una alineación ideal durante uno o varios
movimientos normalmente requiere de un gran conciencia corporal y de mucha
práctica. Cuando somos niños lo hacemos intuitivamente al aprender a caminar o
montar bicicleta por ejemplo, pero una vez que desarrollamos aquellos
movimientos que nos permiten desenvolvernos en nuestra sociedad nos olvidamos
del resto.
A través de la práctica del método Pilates –o de cualquier otra
disciplina que implique movimiento- recordamos, sentimos, refrescamos o
aprendemos a cómo movernos. El nivel de nuestra práctica es irrelevante, pues
siempre estamos descubriendo maneras cómo mejorar nuestros rangos de movimiento
y fortalecernos. Aquí una pequeña guía para tener una idea de la alineación
ideal u óptima de nuestros cuerpos.
Si nos encontramos de pie lo ideal es que las siguientes partes del
cuerpo (visto lateralmente) estén alineadas formando una línea vertical
imaginaria entre ellas: el lóbulo de la oreja, la parte superior del hombro, el
centro de la caja toráxica, el punto más alto de la cresta ilíaca, el punto
medio de la rodilla, y el centro del tobillo.
Si vemos el cuerpo de frente, la nariz, el centro del esternón, el
ombligo y el centro del hueso púbico, deberían formar una línea vertical
imaginaria. En las piernas, el interior del Asis, el centro de la rodilla, la
parte del centro frontal del tobillo y el espacio que existe entre el primer y
segundo dedo del pie, también debería estar alineados de la misma
manera. Los mismos principios aplican para la parte posterior del cuerpo.
Recordemos que la alineación es en todas las dimensiones por lo que
tenemos que considerar una alineación horizontal asegurándonos que el nivel de
los ojos, los hombros estén en una línea horizontal nivelada; que la distancia
entre ambos brazos y el torso sea igual, que ambos puntos altos de la cresta
ilíaca estén balanceados al igual que las rodillas y la rotación de ambos pies.
La alineación ideal se puede obtener fácilmente estando de pie frente
a un espejo y asegurándonos que esos puntos mencionados estén en su lugar, el
reto se presenta mantener esa alineación en movimientos que pueden resultar un
tanto desconocidos al principio pero que, gracias a la práctica regular, se
volverán cada vez más familiares o un reto aun mayor es mantenernos alineados
en nuestra vida cotidiana para realmente utilizar cada elemento de nuestro
cuerpo, allí es donde el método Pilates nos resulta de gran ayuda ya que está
enfocado a crear conciencia en los movimientos siendo bastante neurótico en lo
que alineación se refiere.
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